¡Nunca vayas a Praga
Marinero!
Marinero de aguas mas azules no vayas nunca a
Praga
Que tu nave pirata (corsaria o bucanera) nunca
toque este puerto
- Es fácil llegar no es fácil irse -
(hay Sirenas en sus calles)
¡No vayas nunca a Praga Marinero!
No veas nunca sus torres negras ni sus techos
rojos
No observes sus mil estatuas, cagadas todas
por torpes palomas
No pases por sus arcos de piedras
- estan malditos -
( esta senténcia se repite a veces
- a gusto del lector - después de
cada verso o estrofa a lo largo y
ancho de todo el poema )
No mires nunca en primavera ni sus flores ni
sus mujeres
(un solo verso)
Que no te toque la tristeza de esos días
largos sin cielo ni sol.
No te sientes en sus plazas a ver pasar sus
gentes.
No bebas cerveza en Praga.
No le lleves flores a Jan Neruda.
No pases por el cementério judio, no mires
las piernas de la hija
De Juda León y sobretodo que no te asuste
Hikmet con su carromato
negro cargado con la nostálgia de otra
ciudad.
No escuches a la armadura que camina por los
silencios
nocturnos de Praga y al muñeco de barro no le
dés las buenas noches.
Pégale al que te diga que aquí apalearon a
Roque Dalton, el poeta.
No le compres frutas a un hombre alto, vestido
de marrón con
cara de judio errante en la plaza vieja, él
fue el que le
tiró la manzana a Gregor Samsa cuándo
amaneció convertido...
y algunos creen que fue el mismo que le pasó
el fruto a la
amante de Adán.
No pases a perturbar el sueño de los
alquimistas de la corte,
no leas en voz alta "aquí vivió Franz
Kafka".
No le lleves piedras ni flores ni papelitos a
la tumba del
que allá vivió.
No vayas a ver al Niño Jesús de Praga.
No le tomes fotos a la torre de la pólvora ni
al castillo.
No escuches nunca al alba cantar los pájaros
en la plaza
de San Wenceslao.
No cuentes las estátuas del Puente de Carlos
ni le creas
al que te diga que son copias o que en tal
lugar arrojaron
al río a San Juan Nepomuceno.
No es cierto que este río sucio inspiró diez
sinfonías.
No vayas al Orloi a ver las horas y los apóstoles
- allá está la muerte contando tus segundos
-.
No le prestes atención a los que te digan:
Aquí nació Seifert y aquí Smetana o allá
Dvorák
o aquí laboraba Capek o a esta taberna venían
Sveik y Hrabal
o he aquí la plaza de Carlos,
o he aquí la casa del doctor Faust
- por aquí se lo llevó el diablo -,
o he aquí la puerta que no se abrió ante
Nazim Hikmet
cuando vino a cambiar su alma por una hora en
Estambul.
Son mentiras que por tal lugar se pasearon
Paul Valery
y Sartre ni Goethe ni Humboldt y menos
Einstein o que
Mozart estrenó aquí tal opera o sobre lo que
hicieron
o dejaron de hacer Beethoven y Miranda en las
salas
y burdeles de Praga.-
La ciudad está llena de poetas y embusteros
que hallan
un placer antiguo en el acto de mentir-.
¡ No vayas nunca a Praga Marinero !
Porqué hay días terribles en Praga:
El día que llegas y el día que te vas, pero
el más
terrible de todos es cuándo el ruido de la
ciudad
viene suavemente a tí y se te posa como un
caracol
y tienes la jana presencia de la mar cercana y
el
muelle se te mete por los zapatos y en la
garganta
la sal y el alga y las olas se pasean por tus
manos
y tu piel y apagas la luz para ver el faro
- y no lo ves- y sabes meridianamente que es
hora
de partir y algo lleno de estrellas muy ligado
a tí
allá se queda.
¡ Hay días terribles aquí !
¡ No vayas nunca a Praga Marinero! |